Yo sé, que los sueños
no se rompen,
cuando se crean con
amor
entre risas y besos,
como lo hicimos tú y
yo,
no se rompen…
Se quedan suspendidos
en algún rinconcito
del Universo
y a esos, a los
nuestros
nadie puede llegar,
porque nadie los
conoce.
A mí me gusta
pasearlos,
sobre todo, cuando me
vuelvo gris,
antes de oscurecerme
demasiado,
me escapo,
monto mi yegua blanca
y cabalgo, cabalgo
hasta ellos así,
cerrando los ojos muy
fuerte
y abriendo el
corazón.
Y allí me quedo horas,
en ese refugio
infinito
hasta inundarme de
colores,
saciarme de risas,
llenarme de besos…
Alguna vez me he
preguntado
si tú habrás vuelto,
si
sabes que los sueños no se rompen,
que sólo se rompen,
cuando se olvidan…
© Nuria Velasco.
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