EVA REGRESA AL PARAÍSO.
Y lo hace sin cargas,
sin culpas,
ha conectado con su divinidad
y eso la convierte en un ser libre.
Ya no hay manzanas,
ni serpientes,
ni pecados.
Reina la claridad en su mente,
ha unido alma y corazón.
Ahora solo se arrodilla ante la Vida,
que crece ante ella
descubriendo nuevos colores…
© Nuria Velasco
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