Con AMOR....dedicado a mi amigo Álvaro Villa André
EL MENSAJERO DE LAS
ESTRELLAS
En la vida, hay momentos mágicos, surgen así, de pronto y no
hace falta que te encuentres en ningún lugar sagrado, ni que estés en
meditación, que va, puedes vivirlos a las dos de la madrugada, mientras te
tomas una hamburguesa con patatas en algún Shawarma de esos que permanecen
abiertos toda la noche para dar de comer y beber a los sin sueño, o a los que
como nosotros, siempre se les hace tarde para los restaurantes.
Hablábamos de libros, de dedicatorias y de una muy especial
que habías escrito aquella noche…. Fue entonces, cuando me miraste y dijiste:
-… Vive Nuria… VIVE!!!
Tu rostro, siempre alegre, estaba serio y tu mirada llena de urgencia.
Vive…, con esa simple palabra me hiciste llorar y darme
cuenta de que tengo 50 años de tiempo,... pero de vida?
En vida, apenas soy una niña y era esa niña la que lloraba,
porque se daba cuenta del tiempo gastado, o mejor dicho malgastado…
Al ver mis lágrimas tu mirada se volvió traviesa y haciendo
una mueca, comenzaste a buscar y rebuscar en el plato y sacando la patata frita
más grande y tostada, me la pusiste delante de las narices acompañada por la
sonrisa más tierna que jamás he visto.
En un ñam me la comí y una carcajada se zambulló entre las
lágrimas.
Entonces me abrazaste y pensé que si Dios existe y sabe
abrazar, seguro que lo hace así, con la ternura, el mimo y el amor con el que me envolvieron tus brazos, los
brazos del Mensajero de las Estrellas.
Desde esa noche, muchas veces ha vuelto a vibrar en mi
corazón esa palabra, VIVE y sabes?....
La niña de esa noche del Shawarma, está creciendo y ya se está convirtiendo en
toda una mujercita (léase acompañado de un guiño).
© Nuria Velasco
Las Crónicas de AVA
de Álvaro Villa André
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