LA DULZURA DE LAS MANZANAS PICADAS
Como cada mañana,
bajo al mar
y me siento en mi
roca,
la de pensar
y hoy me da por
pensar en ti.
Intento ponerle
nombre a esto nuestro
rebusco entre todas
las palabras de mi vocabulario
y ninguna sirve.
Así es que abandono
la búsqueda
da igual como se
llame.
Pienso entonces en lo que haces
cuando me notas
triste
y te quitas la coraza de tipo duro
y me dejas trastear
en tu cajita del tic-tac,
la que escondes
celosamente en el pecho,
y de ahí salen esas cosas que me
desarman,
como eso de la
dulzura de las manzanas picadas…
Entonces siento
que ni Cortazar,
ni Buesa,
ni el propio
Benedetti,
podrían decir algo
con tanta poesía.
Luego,
sueltas una burrada
de las tuyas
queriendo romper el
hechizo,
pero no lo rompes,
al contrario,
lo agrandas,
me haces reír…
y es que adoro esa
dualidad tuya.
Me gusta como eres,
ese estar y no estar
ese ir y venir
sin día, sin hora…
Yo no sé como se
llama esto,
ni falta que me hace
ni siquiera sé si
tiene nombre.
Lo que si sé,
es que a estas
alturas
ya no consigo
imaginar mi vida sin ti…
© Nuria Velasco
No hay comentarios:
Publicar un comentario