COSAS QUE SE VEN DE LEJOS
Llevaba meses cosiendo ilusiones
en las puntillas de un vestido de verano,
me lo puse para ir a recibirte
y un alfiler,
olvidado,
prendido en el escote,
al sentir tu frialdad, me pinchó el alma...
Esos días bebimos como locos,
sin mirarnos a los ojos,
sin brindar,
por si al chocar nuestros vasos
las mentiras flotaban en la espuma...
no nos fuera la cerveza a delatar!
Me quisiste sin caricias,
sin besos de madrugada,
yo oculté la vergüenza que provoca
entregarse a un hombre que no te ama.
Y que esperaba... si el día que llegaste,
ya traías el adiós en la mirada.
© Nuria Velasco
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